el mundo está loco, loco.

El ajedrez, o la vida, cada día está más loco.
- los rivales de la última ronda consideran que estás obligado a darles tablas para que obtenga norma de maestro o premio o quede primer clasificado en su rango de elo. Da igual si eres maestro o tienes más de 400 puntos de elo de diferencia o lo que sea. Y pobre de ti si te da por jugar y encima cometes la osadía de ganarlo. Encima te lo reprochan.
- los aficionados, o mejor dicho ajedreceros, reclaman torneos para así poder negarse a jugarlos porque no queda cerca de mi casa ( a ser posible debería jugarse en mi misma calle ya que luego no puedo aparcar bien, ya se sabe como está el tema del aparcamiento), porque no hay premio por franjas o si lo hay no es suficiente para recompensar lo bien que yo lo hago,etc
- los maestros por el contrario asisten a cualquier torneo aunque los premios sean mínimos. Por ejemplo, el Activo de Estadilla con estos premios y con esta participación.
En fin, que se le va a hacer. Ya lo decía Perez-Reverte, la culpa de esto lo tiene la guerra, en este caso, la ausencia de una guerra que nos sacara a la superficie unos valores que, sin duda, todos tenemos pero que están escondidos la mayoría de la veces.