LA FILOSOFIA DEL CAMBIO EN UN CONTEXTO AMPLIO

A menudo he leído comentarios del orden “puesto que dominan más espacio, las blancas (las negras) evitan los cambios”, o bien “las blancas (las negras) siguen el principio de buscar cambios, cuando se dispone de menos espacio”. Por otra parte, no he visto el comentario “puesto que poseo más espacio, busco simplificaciones”, o bien “reducidas a tres filas, las negras evitan los cambios, que reducirían sus posibilidades de contrajuego”, o algo por el estilo. Con todo, en la mayoría de las partidas y notas anteriores, hemos visto cambios que favorecen al bando con mayor espacio. Esto no quiere decir que no haya un montón de ejemplos que respalden la sabiduría convencional. Pero sí que no pueden aplicarse generalidades.

Un ejemplo de esta actitud aparece en el libro de Dvoretsky, Secretos del juego estratégico. El autor, uno de mis favoritos, es uno de los teóricos más perspicaces cuando escribe acerca de la apertura y de la estrategia del medio juego. No obstante, incluso él puede dejarse tentar por una hipersimplificación clásica y, creo, ser inducido a errores acerca de varias reglas establecidas con las que todos hemos crecido. En su capítulo de “La ventaja de espacio”, aboga por la noción clásica: “El bando que tiene ventaja de espacio puede maniobrar libremente con sus piezas, trasladándolas de uno a otro flanco, mientras que su oponente a menudo carece de esa libertad de maniobra, y sus piezas se estorban unas a otras. De esto se deduce que, si dispone usted de ventaja de espacio, resulta ventajoso conservar el mayor número de piezas posible, mientras que, por el contrario, en una posición restringida, debería procurar cambiar piezas”, añadiendo: “Todas estas consideraciones son evidentes”. Pero a continuación aporta escasa evidencia, favoreciendo, y a veces contradiciendo su propia tesis.

(Estrategia ajedrecística en acción, John Watson, Ed. La casa del ajedrez 2003)